La Habana, 20 feb (PL) Los habanos mantienen hoy la mirada de dos mil 200 personas llegadas a esta capital desde 70 países, que detallan su calidad y el trabajo que desempeñan sus productores cubanos.
El XXI Festival del Habano, que concluirá el viernes en el Palacio de las Convenciones de la capital, tiene diversas reuniones y catas que permiten a los asistentes comprender mejor los sistemas que permiten a este producto seguir en los primeros peldaños del mercado tabacalero.
Clases magistrales
Una clase magistral sobre como torcer a mano estos puros constituye el tema más sobresaliente del programa para esta jornada.
El especialista de la dirección de industria de Tabacuba Miguel Bárzaga indicó como enrollar las hojas para confeccionar un habano, lo que sin dudas es sumamente difícil y se aprecia por los resultados de los aprendices.
A sala llena, los participantes visten el delantal típico de las galeras de tabaco, una tabla y la chaveta, una hoja de metal afilado que permite hacer delicados cortes.
Pese a lo detallada de la explicación, a la mayoría les cuesta mucho trabajo lograr un fin favorable, lo que demuestra la preparación y tradiciones necesarias para que alguien se pueda convertir en un torcedor de habanos experimentado.
Otras de las interesantes clases durante el día de hoy y lo que queda de Festival está relacionada con el conocimiento de la historia de los habanos, su nexo con alimentos y bebidas, como es el caso de los vinos de la Ribera del Duero, España.
Por su parte, en la Feria Comercial, donde aparecen exponentes de 79 firmas, destaca el ron y el café cubanos, en su relación con los puros de esta isla, en lo que indagan muchos de los participantes.
Se trata de una relación entre industria y cultura, que tiene como producto final esos habanos, que para los expertos constituyen la joya de la corona en el mercado de los cigarros hechos a mano a nivel global, y que se expresa de buena manera en este Festival.